Firmar un contrato puede representar su éxito o su caída.
En el mundo empresarial, la confianza es fundamental, pero no hay forma de esperar que el otro luche por su éxito, sea quien sea (familia, amigos, religiosos, etc.), porque, a pesar de la impresión de fiabilidad, las personas cambian de opinión. mentes cuando se trata de dinero, especialmente una cantidad considerable.
Cuando se trata de negocios, confiar en un contrato bien redactado sin el acompañamiento de un abogado especializado puede significar la pérdida de años de arduo trabajo, puede resultar en que su seguridad se vea socavada e incluso puede arruinar su reputación.
Hacer un buen o mal negocio, obtener ganancias o tener pérdidas, alcanzar la riqueza o caer en la ruina, a menudo está directamente relacionado con un contrato, el medio legal por el cual se definen las reglas del juego.
Quien es profesional actúa con prudencia, analiza todas las posibilidades, requiere la definición de reglas antes de que se concluya el trato, con abogados especialistas en derecho contractual, que pasan horas, días e incluso meses estudiando los términos del contrato, que, a menudo, se firma sin la debida lectura y comprensión de sus términos por parte de personas no tan prudentes, que, solo después de firmarlo, son conscientes del alcance de las obligaciones asumidas.
La confianza es esencial para los negocios, porque sin confianza no hay forma de hacer negocios. Sin embargo, el fideicomiso debe ir acompañado de un contrato, donde se deben prever todas las obligaciones.
Prepare contratos claros y bien redactados, documente todos los acuerdos y conversaciones importantes, tales medidas pueden prevenir posibles desacuerdos futuros y, si surge una demanda, pueden representar una victoria judicial.
Es importante insistir en la formalización de los acuerdos, insistencia que no puede entenderse como desconfianza por parte de la parte contraria, que, si es realmente honesta y digna de confianza, la recibirá con naturalidad.
La presencia de un abogado especializado en contratos es fundamental, pero si no cuentas con un profesional, asegúrate de actuar con prudencia y seguridad, tomando las siguientes medidas:
a) Lea el contrato con atención;
b) Firmar el contrato solo con absoluta certeza de sus términos;
c) Sospeche si no puede tomar el contrato para entregarlo más tarde;
d) No firme con prisa o bajo presión;
e) Analizar todas las probabilidades, responsabilidades y posibles riesgos. Preguntar. Busca primero. Se prudente. No te dejes llevar por el lado emocional.
f) No crea en promesas verbales, porque lo que está escrito vale;
g) La gente muere, cambia de opinión. Exigir la formalización de todas las obligaciones;
h) No firme un documento o espacios en blanco. Exigir que se complete todo el contrato;
i) Exigir la fecha del contrato;
j) Observar el plazo para el cumplimiento de la obligación y la previsión de multas en caso de incumplimiento;
k) Conocer las garantías derivadas del incumplimiento del contrato;
l) En el caso de persona jurídica, verificar quién está facultado para asumir la obligación;
m) En el caso de una relación de consumidor, conservar el material publicitario (carpetas, anuncios, etc.), ya que forman parte del contrato o servirán de prueba en caso de incumplimiento de alguna obligación.
Al tomar las precauciones anteriores, las posibilidades de éxito del negocio serán mayores y las posibilidades de desacuerdo se reducirán, eliminando la posibilidad de pérdidas, a menudo irreparables y no cubiertas por la ley.
Finalmente, no confíe plenamente en el ordenamiento jurídico, como un contrato desfavorable, pero dentro de las reglas, difícilmente perderá su vigencia, porque la regla no existe para proteger a quienes no actúan con prudencia y a quienes no toman las medidas necesarias. definir con seguridad las reglas del juego, descartando la posibilidad de pérdida y asegurando así el éxito del contrato.
Dr. Héctor Luiz Borecki Carrillo, abogado inscrito en la OAB-SP bajo el nº 250.028.